martes, 1 de junio de 2010

God save Paul McCartney (and her daughter Stella)

Hoy es un día especial en la vida de mi blog (jajaja) porque estoy estrenando sección. 

¿De qué se trata esta nueva sección? Pues de la colaboración esporádica de personas interesantes que tienen algo que aportar a mi vida y a mi blog, espero que a la suya también.

Para el gran lanzamiento, escogí a mi prima Maru.

Maru es una comunicóloga que un buen día decidió dejarlo todo para ir en busca de un sueño. Renunció a su trabajo, hizo sus maletas y se vino a vivir a la ciudad más grande del mundo.

Mi prima también tiene un blog en el que escribe sobre diversos temas, aunque el cine es un tema que toca muy (muuuuuy) seguido. El blog se llama S-kparaT y les recomiendo que le echen un vistazo, las reseñas son las mejores que he leído.

La semana pasada,  Maru tuvo la fortuna de asistir, no sólo a uno, sino que a los dos conciertos que Sir Paul McCartney ofreció aquí en la Ciudad de México. Le pedí que compartiera con Life looks different with my aviator shades su experiencia y aquí está.

Los dejo en compañía de la escaparatista, su texto y sus fotos.

PAUL MCCARTNEY EN MÉXICO
27 Y 28 DE MAYO 2010
POR: MARU BLANCO






























Unas luces se apagan… otras se encienden… los gritos al unísono me dejan perpleja y por un instante no comprendo lo que sucede. Tan sólo veo la presencia de Paul McCartney en el escenario y todo se aclara de pronto: estoy ante una leyenda viviente.

El sonido es ensordecedor, la adrenalina está hasta el tope y lo único que queremos es cantar. El público responde a todos los estímulos y nos dejamos llevar por la ola de emociones que rebasan la razón de más de 55 mil personas. Lejos o cerca, nos sentimos en un mismo lugar: EL LUGAR.

Sabemos que esta experiencia es única e irrepetible, además de que no todos tienen la fortuna de apreciarlo así. Sir Paul se mueve por el lugar, cambia de instrumentos, hace que todos bailemos y gritemos. Los encendedores forman parte del mito. Banderas. Carteles. Clubes de fans. Parejas de enamorados. Padres con sus hijos. Amigos vestidos como el Sargento Pimienta. Gente con playeras conmemorativas. Niños con la cara pintada. Todos rendidos ante el éxtasis de ver a McCartney.

Luego de dos conciertos y de un cúmulo de poco más de cinco horas de melodías, comprendí que conocer a The Beatles o a Paul McCartney o a cualquiera de sus otros integrantes, es saber de música. Los conciertos de Sir Paul no tienen similitud con ningún otro artista y tampoco se compara el nivel de atracción, de locura y de intensidad que todos sentimos en el Foro Sol.

Para muchos será sólo uno más en este mundo competitivo, pero para otros es simplemente el mejor artista viviente, el más vendido, el más talentoso, el más galardonado y, por lo que pudimos ver, uno de los más alabados.

En lo personal, conozco algo de la discografía de McCartney como solista, pero lo que realmente me sorprendió fue asistir al concierto de un Beatle, que, seamos sinceros, la mayoría de los espectadores fueron movidos por ese inevitable hecho.

¿Y cómo no hacerlo? Si tener la oportunidad de escuchar “Let it be”, “Hey Jude”, “Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, “Yesterday”, “And I love her”, “Drive my car”, “Lady Madonna”, “I’ve Just Seen a Face”, “The End”, “All My Loving”, “Back in the USSR” y otros éxitos beatles, de la boca de uno de ellos, es inexplicable.

Desde los 12 años de edad, supe que The Beatles serían mi grupo favorito de por vida, a través de las generaciones y de la música nueva que escuchamos con el paso del tiempo. Nada ni nadie los ha igualado y después de las dos noches mágicas que nos regaló “Macca”, no resta más que decir… God Save Paul McCartney. 


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La verdad es que leer la reseña de mi prima, me hizo sentir como si yo también hubiera estado ahí. He visto fragmentos del concierto online y me sorprendí al darme cuenta de que conocía más canciones de las que creí. Además, es de los pocos cantantes que ha hecho que me recorran escalofríos, incluso a través de un monitor.

¡Y yo que pensaba que de McCartney sólo conocía los diseños de moda de su hija Stella!.

La canción del día es de él. Tal vez no sea de las famosas, tal vez sea la peor de su historia musical. Sin embargo, un día la escuché en un soundtrack y me fascinó. Esta es mi manera de rendirle tributo a esta mítica figura.

La canción se llama This never happened to me before.

Ana Caro.




2 comentarios:

  1. Primita, eres maravillosa!!!! No sabes qué gusto me da aportar algo a tu blog (que me fascina) y contarles mi experiencia, que ha sido una de las mejores de mi vida!!! Ojalá que me sigas invitando, con gusto lo haré cuantas veces quieras! Love ya, girl!

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  2. Super buena la reseña :D La verdad no me considero fan de McCartney como solista, pero porque ni siquiera lo conozco como tal, eso sí, se me hace un tipazo empezando porque es veg y pro-derechos animales. Hablando de McCartney como Los Beatles, eso sí que es algo que lamento nunca haber visto en vivo, no poder viajar al pasado y asistir a uno de sus conciertos.
    Se nota que el concierto de Paul estuvo lleno de emociones, de felicidad, de frenezí, qué hermoso debe haber sido estar ahí :)

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