La semana pasada fui al cine a ver una película que literalmente me robó el corazón y me conmovió hasta las lágrimas.
La película se llama Hachi: a dog's story o Siempre a tu lado, aquí en México. A grandes rasgos, trata sobre la lealtad y el verdadero significado de la amistad. No les contaré más, es una película que vale la pena ver. Lo que sí haré es compartir con ustedes el trailer, ojalá que se animen a verla y ya me contarán más tarde su opinión.
¿A qué viene esta recomendación?.
Bueno, pues hoy fue un día muy especial porque llegó a mi casa la nueva integrante de mi familia, su nombre es Tali.
Tali es una perrita chihuahua color negro de casi 2 meses y 500 gramos. Es muy vivaracha para su edad y es muy curiosa. Corre, brinca, escala y come sola. A penas lleva medio día en esta casa y me pude dar cuenta de lo cariñosa que es. Tiene buen carácter y es muy sociable.
Ella no es la primera integrante perruna en mi familia. Hace 3 años llegó Mía. Otra perrita chihuahua que se caracteriza por su mal carácter con la gente que no es de su familia. Además de lo anterior, no sé qué más decir de ella.
Mía es simplemente mi mejor amiga,mi cielito, mi almita peluda, mi perro topo. Cuando llegó a esta casa no sólo aprendí a hacerme cargo de un animalito, también aprendí el verdadero significado de la amistad.
¿Suena extraño?. No, es realista y atinado.
El tiempo que paso con ella es invaluable y cuando estoy con ella, no me gustaría estar haciendo nada más. Mía llegó a mi vida para enseñarme que una verdadera amistad se basa en la reciprocidad y en la incondicionalidad.
Cuando estoy enferma, cuando estoy enojada, cuando estoy triste, cuando estoy contenta, cuando estoy viendo la tele, cuando me desvelo haciendo trabajos...no importa bajo qué circunstancia, ella siempre está ahí.
Esta es la primera noche de Tali en casa y realmente espero que desarrollemos la misma conexión. Finalmente, llegó a mi vida para que las dos cumplamos una misión juntas.
Los animalitos, además de darnos su amor incondicional, nos dan grandes lecciones de vida. En mi caso, no deja de sorprenderme la curiosidad que Mía siente por el mundo, la atención que pone a sus sentidos y cómo disfruta cada mañana de tomar el sol echada en su cobija rosa.
Para poderse hacer cargo de una mascota, se debe tener un gran sentido de la responsabilidad y de la generosidad. Las animalitos necesitan atención y afecto. Para poderselos dar, se necesita invertir tiempo que a lo mejor podríamos ocupar en ir de compras, tomar un café con las amigas o lo que sea, pero que preferimos pasar con el más fiel de nuestros amigos.
Una de las cosas que más me hacen feliz en esta vida es pasear con Mía en el parque: verla correr, escalar y revolcarse en el pasto. Es un sentimiento extraño, satisfacción podría ser, no sé definirlo pero es como si mi vida tuviera sentido por el simple hecho de retribuirle a mi ser favorito, todo lo que me da sin condiciones ni conveniencias.
La canción del día es Lights out de Santogold.
Ana Caro.
Caro ya estoy llorando me acorde mucho de fede!!! la vdd si lo extraño horrible siempre fue un gran perro y un gran amigo como dices siempre estaba ahi nunk me abandono en serio la lealtad de un animal es increíble e incomparable
ResponderEliminarTe quierooooo
Atte. Meli
Creo que lo que yo siempre recuerdo de los animales, con los que he convivido, y más aún los que me han amado, es su mirada. Nunca olvido la mirada de Oso :( , apesar de que yo no tuve una rel con él cmo la tuya con Mía, xq nunca viví con él en mi casa, sino que yo lo visitaba en casa de mis abuelitos, tuvimos una conexión muy especial, realmente nunca lo he contado pero sé que él me amaba incondicionalmente, así como yo lo amé y aún hoy lo amo, lo extraño muchísimo, extraño cómo me veía y cómo manifestaba su amor de la única manera que él conocía, como me esperaba en la puerta a pesar de que yo tardara, su carita, sus abrazos, su mirada.
ResponderEliminarEl día que él murió yo soñaba con llegar corriendo a su espacio y pensaba en lo feliz que estaríamos de vernos una vez más, a pesar de que lo deseaba tanto y subí corriendo las escaleras, llegué tarde, él ya se había ido.